martes, 31 de enero de 2017

Ordenación del territorio e inundaciones en Málaga: causas y propuestas de prevención

La capital malagueña ha sido escenario en los últimos cien años de 22 inundaciones que han afectado total o parcialmente a la ciudad como consecuencia de trombas de agua.
 El Ayuntamiento de Málaga señala que estas inundaciones suponen una media de 0,22 casos por año, lo que significa una inundación cada cinco años equivalente a la media nacional.Resultado de imagen de inundaciones de malaga
Los arroyos y ríos que discurren por la ciudad suelen ser los protagonistas ante este tipo de catástrofes.
Málaga no sufría unas inundaciones tan espantosas como las habidas en el otoño de 1989. Las trombas de agua asolaron tanto la capital como los municipios de la provincia. El cielo empezó a descargar agua como si el mundo se fuese a terminar en la tarde del martes 14 de noviembre.
Fue una especie de diluvio universal que duró 25 días. El Gobierno Civil recibió numerosas críticas por no haber alertado del riesgo de fuertes lluvias.
Afectaron a casi 5.000 trabajadores. Veintitrés años después de ese desastre natural, los malagueños todavía no han olvidado el otoño de 1989.
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Aqui hay unas cuantas propuestas de prevencion ante esta catástrofe:
1. Generar un programa nacional de ejecución de obras pluviales que no responda a necesidades políticas, sino a criterios técnicos. 
2. Analizar para todas las áreas urbanas del país las precipitaciones intensas en los últimos 30 años. Dicha información debería estar disponible para todas las provincias, municipios o entes ejecutores.
2. Armar un Sistema de Alerta Temprana que cuente con equipamiento de radar actualizado, el cual permita seguir en tiempo real el desarrollo de las tormentas con apoyo de la información satelital, reforzando o complementando al Servicio Meteorológico Nacional.
3. Generar conciencia en los gobiernos y en la población en general de la necesidad de mantener áreas verdes y con suelo que permita infiltración, controlando el crecimiento de zonas pavimentadas y pisos de cemento.
4. Reglamentar la necesidad de ejecutar reservorios de retención de agua y áreas verdes en las nuevas edificaciones, de forma tal de reducir el caudal instantáneo volcado en las calles. 
5. Mantener adecuadamente con limpieza la capacidad de evacuación de los sumideros. 
n Medidas de respuesta a la catástrofe: 
1. Desarrollar un plan de contingencia para cada centro urbano, con participación municipal, provincial y nacional, el apoyo de organizaciones académicas y ONGs; que incluya los responsables barriales, los centros de evacuados prefijados y los puntos de encuentro en el punto más alto de cada sector.
2. Educar a la población para que conozca el plan de contingencia y sepa qué hacer en caso de emergencia hídrica, priorizando la atención de niños y ancianos. 
3. Generar un sistema de alerta que dispare en forma automática una alarma sonora cuando el nivel de agua en los puntos más críticos de la ciudad alcance un valor establecido o cuando la información indique una lluvia de máxima intensidad. 
4. Generar un sistema de información a la población para la emergencia, sea en medios televisivos, radiales, internet, mensajes de texto, con instructivos sobre cómo comportarse durante el evento.
5. Reforzar y capacitar los equipos de defensa civil para su accionar en emergencias hídricas.
6. Entrenar equipos de las fuerzas armadas, con participación de gendarmería, ejército, marina y aeronáutica; dotándolos de los medios y la capacidad de movilizarse en poco tiempo por todo el país para ayudar a los damnificados.
Debe entenderse que en los últimos 30 años las tormentas severas se presentan con mayor frecuencia, y que el agua no reconoce límites políticos, puede pasar de provincia a capital o de un municipio a otro. Es por ello que la única solución efectiva será trabajar todos en conjunto para evitar nuevas víctimas fatales.

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